miércoles, octubre 11, 2006

Exordio (ensayo sobre los senos)

I

Con la publicación de su cuarto libro se hizo de cierta fama en el medio.
Pensaba que su literatura era algo así como existencialista aunque los críticos la catalogaban más bien como drama romanticón contemporáneo, lo cual la sacaba de sus casillas; sin embargo parte de ella aceptaba que había cierto tufo a mujer en cada uno de sus escritos. Siempre quiso escapar de ese estereotipo de “mujer blanda escribiendo”. Incluso cambió su pseudónimo (a uno masculino) en sus ultimas dos publicaciones pero aún, cada vez que se leía, detectaba que una parte de todo era solo una novela rosa.
Empezó con una página en el Internet, cuando apenas tenía 12 años. Los proveedores, gratuitos, de estos servicios en la red eran realmente numerosos y cuando sintió la necesidad de gritar que la menstruación la volvía loca posteó por primera vez. Desde entonces no había dejado de escribir, ahora cuando volvía a su blog, olvidado hacía ya varios años, se encontraba con miles de lectoras fieles a sus libros, que comentaban, hasta la actualidad, lo maravilloso que escribía. Entonces, ahí estaba el problema… miles de LECTORAS fieles.
Sus ingresos ahora eran muy inflados y no justificaban que buscara un bar como en el que estaba sentada, tomándose una cerveza; pero ella sabía que era la única forma de librarse de todas esas tetas con medio cerebro que la perseguían en los cafecitos para pedirle un autógrafo, o un consejo post ruptura amorosa.
Qué tenía que escribir, era la pregunta que rondaba su cabeza, para salir del cajón de mierda literaria en el que se había metido por ser demasiado autobiográfica.

II

-¿Habías visto algo tan hermoso en un antro como este?
La pregunta con la que se vio abordada la desconcertó. Mentira, lo que más la desconcertó fue que la pregunta la formuló una joven que entraba al bar en el momento en que sus cavilaciones amenazaban con sacarla de ahí. Eran dos chicas, mucho más jóvenes que ella.

-Creo que se equivocan- dijo la escritora- yo, creo que me confunden con alguien más.

-No, no estamos equivocadas. Tú nos gustas.

-Lo siento, no estoy interesada- dijo poniendo punto final a aquella conversación, que en realidad la había puesto muy incómoda.

III

Cuando despertó, la desnudez de ambos cuerpos a su lado la estremeció. Las dos mujeres aún olían a sexo y a licor.
Ella se levantó, procurando no despertarlas, y ahí sentada en la mecedora en la que siempre nacía una idea o un deseo empezó a escribir mientras se perdía extasiada en los torsos de las dos mujeres que esa noche amó.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Dorian me gustó tu cuento...te sugiero que pongas fotos para dale mas color al blog

Alguien dijo...

Simon apoyo lo de las fotos le da mucho ambiente, y realmente WOW! asi con mayusculas q bien sabes no me habia dado el tiempo de leerte pero me gusto tu estilo de cuentos, me gusto los temas en general abordados, tu ensayo sobre los senos es sugerente y me recuerda al personaje q yo mismo cree, me recuerda a q aveces observo en busca de un tema para escribir, te leere mas a menudo.

LaÜ dijo...

Escribes muy bien. Tus escritos logran que me haga una "pelicula" en mi cabeza lo cual no es muy fácil de lograr. *Aplausos*

te leo luego

Unknown dijo...

Vengo recomendado de parte de Alice in Oz, y ¡vaya que tenía razón! Este post de senos, junto al de la caja de Pandora que leí impreso con Alice, me pareció tremendo!
Excelente estilo de postear, pásate por el mío y opinas luego.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Dorian: me has desarmado con lo que escribiste. Es cierto lo que dices...y lo dices bien. Escribes desde adentro...con tu alma. Gracias por visitarme a diario,y mandarme saludos desde tus sueños...