martes, agosto 04, 2009

De vuelta al infierno

Debo decir antes que nada y por que la nobleza obliga, que nunca antes había estado muerto. Que dormido sí he estado, estuve más bien; pero la cosa es dejar claro este punto porque no quiero malinterpretaciones de ningún tipo acerca de mi estado: estoy bien, bien muerto. Que ¿cómo lo sé? Bueno, pues... pues, pues no es tan difícil darse cuenta uno de que se está muerto, uno está como flotando en un limbo, con las piernas y los brazos suspendidos, como flácidos, así como en la tele los astronautas en el espacio, cuando yo era niño; esas imágenes que me aterraban, esas, de estar flotando en gravedad cero sin ningún tipo de control y la certeza de que un agujerito en el traje blanco haría explotar las cabezas de todos, nunca se me olvidarán. Ahora que me fijo era muy aterrador todo cuando estaba vivo, cuando estaba niño, el recuerdo de estar jugando con algunas niñas en el bosque, sintiendo cosas extrañas bajo la luz ardiente de un reflector que mi padre había conectado luego de encontrar una extensión con la que me azotó por no quitarme rápido la ropa, por no empezar a tocar a mis amigos, por no entender los valiosos minutos de actuación y de cinta que se estaban perdiendo, y el recuerdo de mí mismo, desnudo, cargando la pesada cámara conectada con el cable que aún tenía rastros de mí, mientras él tomaba mucho y se desnudaba también, para darse la oportunidad de entrar en todas ellas, y las lágrimas. De ahí todo medio borroso. Una mierda de infancia, eso sí lo sé. Así que hasta cierto punto es como mejor que esté muerto ahora, todo oscuro, todo rosado, con un olor a sangre y a agua. Además es mejor aquí por que ya no tengo las cicatrices, las cicatrices psicológicas, dirán ustedes, pero no, esas no se borran nunca, yo hablo de las hendiduras profundas que me hizo mi padre con una navaja el día en que queriendo amarrarlo a la cama, para quemarlo y deshacerme de él de una vez por todas, se despertó repentinamente de su borrachera y adivinando mis planes cortó mi cara furiosamente, lo cual debo decir que no me detuvo, pues al final del día la casa ardió por completo con ese infeliz degollado dentro. Dicen que esas experiencias te marcan, y bueno, en mi caso fue todo muy literal. Cualquier cosa será mejor aquí, ¿habrá cielo o infierno?, siempre me lo pregunté, al menos voy a poder contestar una de las preguntas de mi vida, en la muerte, ¿no?, aunque suene paradójica la cosa.

También me pregunté la manera de juzgar a quienes fueron buenos y malos, yo creo que fui bueno; bueno para mi oficio, un bueno para nada decían mis compañeros en el cole, un buen espécimen de estudio decían mis compañeros de universidad al ver mi rostro desfigurado, yo creo que fui un buen amante, si entendemos al amor como una palabra en un espectro más amplio que el simple hecho de fornicar, yo amaba a las mujeres y ellas me amaban a mí en la mayoría de los casos, y en la minoría, bueno pues siempre había oportunidades para hacerme amar, un callejón oscuro, un pasillo abandonado, un aula vacía, piernas y piernas de hermosas estudiantes que me brindaban, con un poco de ayuda de mi parte, todo lo que yo les pedía. Y yo era bueno, claro, porque las dejaba ir, mi padre era malo, porque las mataba luego de.

Lo único que me asusta un poco es no estar muerto, ya he estado dormido antes, pero nunca tanto tiempo, podría estar en coma sí, podría, pero he sabido que los que están en coma escuchan algo fuera, algo como voces de gente, aunque a mí nadie me iría a visitar, dentro de lo normal, yo era catalogado como malo. Hay que aceptarlo, mi vida era una mierda, prefiero estar mil veces muerto que seguir entre los vivos. Todo en mí y todo lo que me rodeaba era triste y no quiero sonar como un personaje carloscuahutemocsanchesco al que le pasan todas las desgracias habidas y por haber, pero ¡maldita sea! Llegar todos los putos días a llorar a mi apartamento de tres por tres no era el paraíso, era un puto infierno. Lo bueno fue que me cogieron, yo quería que me cogieran, pero ninguna de mis mujeres hablaba, parecía que les gustaba ser violadas, hasta que a una le dio por contarlo todo, y luego llegó la policía, y luego el juicio mientras mi fama de violador se hacía extensa en los callejones de la cárcel, las violaciones nocturnas, por parte de los reos más duchos, que ajusticiaban buenamente mi comportamiento y el descubrirme rezando y pidiendo a un dios inexistente que me llegara la muerte. Y la muerte llegando una noche vestida de tenedor, encajándoseme en la garganta, dejando salir la tibieza de una sangre que me daba libertad, que me acercaba al paraíso de no estar vivo.

Y entonces esto.

La luz al final del túnel, la luz de la que todos hablan y mi entrada a un mundo nuevo, lleno de posibilidades, lejos de mi ira y de mi pasado. Pero en su lugar un mundo que se me antojaba conocido, un mundo lleno de aire, de voces, de luces, de manos gigantescas y de mi propio llanto frente a un montón de batas blancas y ese desvanecimiento de conciencia, ese olvidar todo lo vivido y lo morido, pero la certeza de que volvería a ser igual, las pinzas cortando el cordón y ese saber sin saber que estaba entrando al infierno, que estaba volviendo al infierno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA Dorian:
Mierda . . .que esta fuerte, bravo, e interesante tu cuento, me llevo de un mundo de fantasia al mundo real, al que quien sabe cuantas personas estan pasando por todas esas cosas y muchas mas . . . saludos dorian besos y sigue escribiendo amigo.
Selena, siempre Selena.

Ms. Davis dijo...

me gusta como te metes en la psiquis de tu personajes es una de las tus caracteristicas que siempre me a llevado a leer los escritos, una vez me comentaste que me abusaba un poco de la cotidianidad en mis escritos, y es cierto, ultimamente escribir algo de caldiad no a sido lo mio, pero tu colega, te estas volviendo predecible, lo que me resulta muy inusual en ti que siemore haz brillado por tus giros insolitos en tus historias, a pesar de ello, me agrada tu forma de escritura, aunque no pueda decir exactamente porque.

espero que estes bien y que actualisas pronto.

Saludos