jueves, octubre 27, 2005

El diario sexual de Pepe.

I

Nunca fue bueno para los juegos cuando niño.
El que se haya acostado con su sirvienta no lo convertía en un degenerado sexual, todo lo contrario, como decía su padre, lo convertía en un hombre. Tal vez por eso cambió sus espadas de plástico por las piernas de María, sus balones de fútbol por los blancos pechos de Rosaura y sus globos rojos por la roja vulva de Elisa.
Todas ellas sirvieron en su casa y todas ellas lo hicieron un poco más varón, un poco más hombre frente a los ojos del mundo y mucho más insensible frente a los ojos de Joan, su vecina. Desde los 5 años lo había amado, y sentía un calorcito especial allí abajo, donde nadie la podía tocar, cuando él la visitaba y le conversaba de sus conquistas.
-Mira Joan- le dijo el día de su décimo sexto aniversario- han dejado de importarme las mujeres, son todas tan simples y descomplicadas, ya ninguna guarda un secreto para mi, las conozco a todas, se como llevarlas a la cama y como hacer que me amen; como librarme de ellas y como lograr que no me olviden nunca… lo sé todo respecto a Uds. las simples.
-A mi no me conoces tanto- dijo Joan un poco acalorada con la conversación.
-A ti te conozco mejor que a nadie- acertó a contestar mientras miraba el escote de su amiga que ya dibujaba unos pechos que prometían ser hermosos en un par de años.
Ella sentía que Pepe podía oler su excitación desde donde estaba sentado, así que se levantó y se sentó un poco más lejos.
-Bueno, y ¿Qué vas a hacer ahora?- preguntó Joan- ¿te vas a volver maricón?
-Tal vez, eso aún no lo decido.

II

-Y bueno doctor, esa fue la última vez que hablé con él. No recuerdo haberlo visto más, esa noche huyó de su casa.
- Mira Joan, la obsesión que te ata a ese recuerdo es la que te impide dormir y la que cada vez que logras conciliar el sueño provoca que veas a Pepe tocándote como te toca y besándote como me cuentas que lo hace. Freud planteaba que los sueños no son más que deseos reprimidos en un subconsciente generalmente más violento y sexual que tu parte consciente; así, por ejemplo, los hombres buscan siempre como pareja sexual una mujer que se parezca a su madre, pues, secretamente el subconsciente del individuo siempre quiso estar con la mujer a la cual por primera vez sintió desnuda; así mismo, las mujeres buscan la protección de su padre que pierden al salir de su casa… así que relacionan inmediatamente a su pareja con la protección paterna que se perdió.
- A veces siento que lo extraño, y bueno, prácticamente no lo conozco. ¿Me entiende? -Le interrogó Joan.
- Generalmente cuando sientes que extrañas a alguien o algo no extrañas a la persona, sino, a la sensación que viene con el recuerdo de una acción; que como sabes puede ser consciente o inconsciente. Las pastillas que te recomendé te ayudarán a dormir, no te preocupes; las alusiones freudianas que se te presentan ahora con mucha frecuencia desaparecerán pronto.
Joan se levantó del sofá y se dirigió hacia la puerta con un deseo incontrolable por encontrarse con Pepe en la calle y dejar que él la poseyera… librarse de ese calor que no la había abandonado desde que sintió que él pudo oler su excitación…


III


Pepe no había podido deshacerse del deseo de experimentar cada vez más del sexo, de las relaciones interpersonales y de la vida en sí.
-La vida gira en torno de nuestros penes- decía siempre que entablaba una conversación filosófica ya entrado en copas.
-Y que te dice tu pene ahora- preguntó Anabel, una de sus compañeras de universidad.
- Que aunque me cogiera a todas aquí presentes ninguna guardaría una sorpresa para mí.
Todas son tan comunes y familiares.
-¿Y si te cogieras a los hombres?- insistió Anabel, y todos prorrumpieron en risas.
- Aunque me cogiera a todos los presentes, incluyendo sus mascotas, padres y hermanos, sin distinción de género o de si estuvieran vivos o muertos, seguiría aburrido y harto- dijo mientras las risas disminuían y provocaban un silencio incómodo.

Pepe se levantó y fue a su cuarto a dormir, mañana sería un día muy largo y debía descansar.


IV


-Siempre había soñado con tener un caso como este- Comentó Adrián- Dos semanas más y habré acabado mi informe y por ende mi libro.
-Disculpe doctor- preguntó Juan, el editor de su libro- eeeeh, disculpe que lo moleste con la siguiente pregunta…
-Las únicas preguntas que molestan son las que no se hacen, Juan- le interrumpió el galeno.
-Bueno, bueno, doctor… esteeee, ¿No cree UD. Que esto ya ha ido demasiado lejos? digo, ambos pacientes están casi locos.
-Los fármacos que les he prescrito nos permitirán terminar el estudio antes de su esquizofrenia total, vea Juan, el lado Psiquiátrico lo controlo yo ¿quiere?, UD. No se meta en eso, después veré yo que hacer con sus afecciones mentales.
Y ahora váyase y procure parecer loco cuando abandone mi oficina.

Juan se despidió del doctor y se fue a sentar con la cámara filmadora detrás del espejo con doble faz, ubicado en la sala de atención. Empezó a rodar la cinta y casi inmediatamente apareció Pepe en escena. Juan no escuchaba lo que conversaban ambos hombres, el micrófono se encontraba situado dentro de la sala; lo que le impedía saber de qué hablaban.
Lo que sí notó fue que la conversación fue subiendo de tono hasta que Pepe se levantó del sofá, se acercó al doctor y lo besó en la boca. Era el beso más apasionado que jamás había visto Juan en su vida y experimentó una erección extremadamente dolorosa.
El doctor levantó la mano hacia el espejo como indicándole a Juan que no interviniera.
El beso se prolongó durante casi 2 minutos y cuando por fin se separaron el labio inferior del doctor había desaparecido. Los gritos de dolor quedaban ahogados por la hermeticidad del lugar… Juan perdió toda su erección y Pepe toda su compostura. Un golpe seco en la mandíbula del Doctor anunció la llegada de muchos otros, la sangre estigmatizaba las paredes y el piso de la oficina y el cuerpo blando de Adrián caía sobre la alfombra.
Juan Trató de salir del cuarto de la cámara pero la puerta no cedió un solo milímetro, estaba atrapado.
La siguiente imagen que captó la cámara fue la de Joan abriendo la puerta del consultorio, entrando y besando al que había sido su esposo por 10 años, su boca se infamó de sangre mientras pateaba el cuerpo dolorido de su psicólogo. Joan miró hacia el espejo y mientras sonreía sacó una llave de su bolsillo y se la enseñó a Juan.
Pepe y Joan se desnudaron mientras los ojos aterrorizados de Adrián los miraban. Amarraron al doctor con sus propias ropas y lo desnudaron.
La primera que mordió el cuerpo de Adrián fue ella, de un solo mordisco le arrancó el pene de raíz, los gritos eran aterradores, de ahí en adelante mordisco a mordisco, acabaron con el cuerpo. El trío que filmó la cámara fue espeluznante… Joan y Pepe hicieron el amor sobre los intestinos del doctor mientras Juan vomitaba incontrolablemente sobre el espejo.

Se limpiaron la sangre y salieron tomados de la mano, amándose más que nunca en sus vidas.

-Pensé que jamás volverías a tocarme- dijo Joan.
-No digas eso mi amor-le indicó Pepe- Además yo te dije que lo que nesecitábamos era un psicólogo de parejas… ¿No?

7 comentarios:

Pastv dijo...

uuuuuuuuuupppppppaaaaaaaaaaaaaa!!!!No mas palabras!!! me agrada. me encanta...

Anónimo dijo...

Sucio pero necesario... Bien contado, y no sé si cabe el término cinematográfico, pero bien editado. Has vuelto Cuenta Cuentos!

Anónimo dijo...

y.. me gusta. me gusta porq hay mas de ti, pero insisto en el comentario anterior, haca falta una secuencia. dale.. sigue escribiendo señor, no hay otra manera de hacerlo mejor

Anónimo dijo...

...Más de mi?... osea... que soy un sádico sexual que se excita con la sangre??... Dios mío hoy soy personaje de mis historias y mañana?

Anónimo dijo...

que será de un textito?? muy ocupado??? desaparecido??? se extraña sus texto señor cuentero!

Pastv dijo...

Ya escribe pseudo manaba-serrano vago!!!

Anónimo dijo...

That's a great story. Waiting for more. » »